Symbar, una compañía del Grupo Hasar, informó que ganó la licitación para la provisión de carátulas utilizadas en la identificación de sacas y paquetes.
El prestador telepostal, que cuenta con una red de más de 1.400 sucursales y se presenta como la única empresa con llegada a todos los domicilios de Argentina, encontró en la propuesta de Symbar la solución para un problema que estaba padeciendo, con la rotura y/o perdida de los tarjetones de cartulina con los que se identifican las sacas, esas bolsas especiales y grandes dentro de las cuales se acomodan los paquetes.
“Ocurría que al Cliente, a quién desde hace tiempo le proveemos otros productos, manifestaba la pérdida de la identificación de las sacas por rotura de las carátulas, lo que traía como perjuicio la pérdida de la información contenida en ellas”, introduce Karina Pugliese, jefe de producto de insumos en Symbar.
Se presentaron varios desafíos para dar con la solución que necesitaba el Cliente: “la primera era dar con el material correcto, ya que ellos utilizaban cartulina sin adhesivo, pero al conocer la operatoria de trabajo, les propusimos un material con adhesivo, para poder con un mismo insumo, identificar tanto paquetes como sacas “, explicó Pugliese.
Symbar ideó una solución consistente en un material autoadhesivo con la misma forma de las cartulinas que le permitía al cliente resolver los dos problemas al mismo tiempo: por un lado, para las sacas, donde no hace falta quitar el papel base, por lo que este mismo (linner) ofrece mayor resistencia para que el ojalillo del cartel de identificación no se rompa; mientras que, para los paquetes, el autoadhesivo logra que quede pegada una identificación visible y sin nada que dificulte su lectura.
Es decir, se hizo un diseño específico para solucionar un problema crítico del Cliente.
Luego de diversas pruebas y de la puesta en marcha de esta solución, el Cliente pudo verificar que con la propuesta de Symbar se reduce al mínimo la pérdida de identificación de paquetes y sacas.
La moraleja de esta historia, para Pugliese, deja en claro que “en Symbar acompañamos al cliente en todo el proceso de desarrollo que necesite para cubrir su necesidad. Siempre nos empeñamos en buscar una solución más allá incluso de la vasta oferta que ya tenemos de hasta 250 tipos de etiquetas e insumos”.
Symbar fue fundada en 1997 y su fábrica de etiquetas empezó a funcionar en el 2002, por un proyecto puntual con una de las empresas N1 de cosmética del mundo.
“Podemos trabajar con muchos materiales, y con muchos tipos de pegamentos, para que las etiquetas resistan distintas temperaturas. La fábrica creció mucho y la idea es que siga creciendo”, dijo Pugliese, quien también considera que el acuerdo con el Cliente es motivo de orgullo y una evidencia de que “cuando se pone al cliente en el centro, adaptarnos a sus demandas y pensar soluciones específicas para sus necesidades es lo que más nos satisface”.
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