El 2020 es un año que marcará un antes y un después en muchos aspectos de la vida cotidiana. El avance del Coronavirus en el mundo modificó, no solo, la manera de relacionarse con otras personas, sino también la manera de viajar, de trabajar e incluso de comprar y pagar las cuentas. En este contexto, pisa fuerte el reemplazo del papel moneda por el dinero electrónico.De hecho, en esta «nueva normalidad», el uso de dinero y su correspondiente contacto físico a la hora de efectuar un pago, han llevado a replantearse cómo abonar y mantener el consumo favoreciendo el distanciamiento social. De esta forma, muchas iniciativas aparecieron hace muy poco o bien ya existían, pero tenían una incidencia lateral en el mercado, posicionándose como “competencia” real a los medios de pagos tradicionales.
Algunas de ellas son:
– Billeteras virtuales con QR o Tokenización de Transacciones, un desarrollo mediante el cual se puede guardar dinero u asociar otros medios de pago (tarjetas de débito y crédito), para efectuar o recibir pagos o transferencias a terceros, sea a distancia o en persona.
– Billeteras Blancas, el concepto de “blanco” pretende ser metáfora de lo que sucede, por ejemplo, en la industria de los electrodomésticos, cuando una empresa produce su lavarropas pero a la vez genera uno “blanco” para otra empresa, es decir una línea “sin marca” para que sea comercializada por la otra compañía poniéndole la suya propia.
– Tarjetas con Tecnología Contactless. Consiste en acercar el plástico (o metal, ya que últimamente están apareciendo este tipo de tarjetas) al terminal compatible. De esta forma se genera una conexión entre ambos y se puede realizar el pago. Esta herramienta utiliza NFC, la tecnología que está presente en muchos teléfonos móviles.
– Tokenizacion de datos. Esta herramienta permite guardar los datos de la tarjeta en un medio digital para ser usado en el pago. Hay dos variantes de Grupo Hasar al respecto: tokens de identificación (por hardware o software) y lectura biométrica (mediante la interfaz de lectura que ya cuentan los smartphones).
A través de estas aplicaciones se contribuye a la disminución de la circulación física de los billetes en manos de la población, además de favorecer la bancarización y una forma más simple de transacción.
Pablo Diaz, Director de Hasar Sistemas sostiene que, «la pandemia vino a impulsar estas nuevas formas de pago a un lugar de privilegio, y sin lugar a dudas, modifican la experiencia del usuario. Esto se logra sobre la base de que tienen toda la flexibilidad para implementarse de la forma que la solución requiera”.