Las empresas argentinas atraviesan un presente sumamente complejo, producto de una economía que aún no da signos vitales de recuperación y un consumo que muestra los peores registros de los últimos años.
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), si bien hubo una desaceleración de la caída de la industria, el nivel de actividad acumula una baja de 8% en lo que va del 2019 y la capacidad instalada se ubica en el 58%.
“La producción de las pymes industriales cayó 6,5% en mayo frente a igual mes del año pasado y 3,7% cuando se la compara con abril”, señala la entidad, que además apunta que casi 6 de cada 10 empresas no aumentaron su rentabilidad.
A estos datos desalentadores se les suma otro que acrecienta la preocupación: las ventas en supermercados se precipitó 12,6% el último mes, en tanto que en shopping el derrumbe fue de 23%.
El Ejecutivo sabe que si quiere contar con más chances para ganar las elecciones tiene que, sí o sí, tener controlado al dólar, reducir la inflación respecto de los actuales niveles y mostrar que mantiene el control de la agenda, con iniciativas que mejoren el malhumor social.
Créditos a tasas más bajas, planes de pago para deudores de AFIP, congelamiento de tarifas hasta fin de año, precios esenciales y mecanismos que faciliten la tarea de particulares y empresas forman parte de su menú de propuestas que, por cierto, se irá ampliando conforme se acerquen las urnas.
En este marco, el Gobierno se encuentra en proceso de avanzar con instrumentos digitales de pago y mecanismos de financiamiento que les aporten algo de oxígeno a las firmas.
El “e-check” o cheque electrónico
Por orden del Banco Central, todos los bancos deberán permitir que sus clientes puedan emitir cheques digitales a partir del 1º de julio. Del mismo modo, también tendrán que aceptarlos a la hora de recibir depósitos o pagar por ventanilla.
El objetivo de esta medida es que vayan reemplazando a los cheques tradicionales, para así facilitar la operatoria de pagos. El proceso no será abrupto sino paulatino, con lo cual ambas versiones convivirán durante un tiempo.
El Banco Central aclaró que los llamados “e-check” (cheques electrónicos) servirán para los pagos diferidos, tendrán carácter de título ejecutivo y no estarán sujeto a restricciones en la cantidad de endosos, algo que sí ocurre con los físicos (uno para los comunes y dos para los diferidos).
“Hoy día, cualquier error en el endoso provoca que sea rechazado y muchas veces que termine venciendo. Entonces, hay que salir a buscar a quien lo libró para que lo vuelva a emitir, lo cual dilata los tiempos una enormidad”, detalla a iProUP, Ezequiel Passarelli, director de Impuestos de SCI Group.
Para Gustavo Daniel Fornari, de Liveware, se prevé que el cheque electrónico funcione de igual modo al del formato tradicional, siendo su uso optativo en un comienzo. En breve se verán las primeras versiones, si bien quedan quedan cuestiones por resolver, como el cobro por ventanilla bancaria”, señala el experto.
“Se prevé que operará como una modalidad de transferencia, con el agregado del diferimiento en su vencimiento y depósito, más la posibilidad transaccional de endoso o descuento, también por vías digitales”, añade.
Pagaré digital
A la caída del consumo y dificultad de las empresas para mantener su capital de trabajo en niveles aceptables, se suma otro dato que es fiel reflejo de la crisis: la alarmante escalada de los cheques rechazados: según la consultora Ficonomics, el total de rebotes creció casi 70% y alcanzó un guarismo sólo comparable con el de la crisis de 2001.
Ante este escenario, el Mercado Argentino de Valores (MAV) lanzó su sistema de pagaré digital, al que se accede a través de la plataforma FinanciaClick, creada junto con el Mercado a Término de Rosario (Rofex) y la Cámara Compensadora Argentina Clearing.
Según explica a iProUP Fernando Luciani, CEO del MAV, las empresas medianas y pequeñas necesitan en el esquema tradicional “una cuenta con un agente de bolsa y deben conformar un pesado legajo, mostrar pilas de papeles y actuaciones notariales. Pero, con este nuevo instrumento y en muy pocos minutos, pueden hacerlo directamente desde la PC o el teléfono”.
Al tener la documentación online, puede elegir con qué participante del sistema compartir esos datos y solicitar créditos directamente desde Internet. “También selecciona los plazos, monedas y montos. El agente lo valida y envía a una Sociedad de Garantía Recíproca para avalarlo. Todo esto está interconectado con los sistemas de trading del MAV”, detalla.
En términos de beneficios, lo más importante es lo que significa en cuanto a ahorro de costos, además de simplificar procesos. “La comisión es muy baja y lo principal es la tasa de descuento, muy inferior a la del mercado”, apunta Luciani.
La sociedad de garantía recíproca (SGR) Garantizar avaló recientemente el primer pagaré digital de la Argentina. Este instrumento ofrece financiamiento a mediano plazo (hasta 36 meses) en moneda local o en dólares.
“Cualquier Pyme, independientemente del lugar en que se encuentre, puede utilizarlo, ya que todo el proceso es 100% digital. Esto conlleva además una reducción sustancial de los costos asociados a la emisión”, afirma a iProUP Darío Wasserman, presidente de Garantizar.
Según Fornari, de Liveware, se trata de “una iniciativa privada para agilizar los procesos de financiamiento bajo la forma jurídica del pagaré. Al ser absolutamente digital, ofrece una notoria reducción de tiempos a la hora de pedir financiamiento y posibilita conseguir mejores condiciones crediticias”.
Desde el 1º de abril rige la obligatoriedad de utilizar factura electrónica para todas las categorías del Monotributo, según la normativa establecida por la AFIP.
Lo que se busca es agilizar las operaciones, evitar costos de impresión y distribución, permitir al usuario personalizar sus comprobantes y registrar en las bases del organismo todo lo facturado en tiempo real.
Para Luciani, del MAV se trata de un cambio central en la relación entre Pymes y grandes empresas. “Obliga a que todas las facturas tengan una fecha cierta de pago. A los 15 o 30 días desde su emisión, se transforma automáticamente en un título valor, igual que un cheque. A partir de ahí, la Pyme la puede vender sin depender de la pagadora”, explica el experto.
“Este proceso antes era muy complejo, por eso esta medida es muy importante. Creo que es la ley de este Gobierno que más redunda en beneficio de las Pymes, pues las ayuda a financiarse ya sea con una factura o un cheque”, enfatiza.
“Todo ese crédito que antes no se podía vender fácilmente se transforma en financiero. Es muchísimo dinero, impacta en los balances de grandes empresas también y en los procesos de conformación y pago. Los agentes de negociación y los mercados resultan claves en esto”, completa.
Por su parte, Horacio Laurens, gerente de Operaciones de Compañía Hasar, asegura: “La libre elección entre el controlador fiscal y la factura electrónica cambia las reglas del juego e invita a proponer soluciones innovadoras”.
“La factura electrónica es ideal desde el punto de vista fiscal para el entrecruzamiento de operaciones de compraventa y control del IVA. Desde una óptica empresaria, genera una importante reducción de costos, tanto de impresión como de envío físico de comprobantes, sumado a otras variantes que facilitan su procesamiento y carga electrónica”, complementa Fornari.
Actualmente, es factible emitir desde el sitio web de la AFIP y la aplicación. Las firmas con grandes volúmenes de facturación pueden integrar sus sistemas con el organismo.
Además, ha vuelto un conocido instrumento de financiamiento para Pymes: la factura de crédito digital. Es decir, un comprobante que puede ser descontado con mayor facilidad y agilidad en el mercado financiero de manera online.
“Uno de sus beneficios es la facilidad para localizar la documentación. Además, se ahorra papel y tinta”, afirma a iProUP Mariano Rizzi, gerente de Producto de colppy.com, especializada en sistemas de contabilidad.
Tanto con el pagaré como con el e-check se apunta a agilizar las operaciones, bajar costos y mejorar las condiciones de financiamiento. “Dado que la reducción de tasas y la inflación será una cuestión de mediano plazo, estos instrumentos pueden aportar un valor importante para mantener la cadena de pagos”, plantea Fornari, de Liveware.
Según el ejecutivo, “no hay grandes diferencias en el uso con los cheques físicos”. Resalta que el requisito de la firma “quedará satisfecho si se utiliza cualquier método electrónico que asegure la exteriorización de la voluntad del librador y la integridad del instrumento, la confiabilidad de la operación y su autenticación”.
“El tenedor legitimado podrá efectuar el cobro de cada cheque electrónico a partir de la fecha de pago mediante una orden digital de acreditación o hacerlo por ventanilla”, indica Fornari, quien enumera las ventajas de este instrumento:
– Seguridad en el manejo por vía electrónica (reduce riesgo de robos y pérdidas)
– Se evitan errores formales y rechazos
– Depósito sin presencia física
– Utilización de firma electrónica, entre otras.
Si bien aún no es obligatorio, ya hay varios bancos que implementaron el depósito de cheques desde sus app, “lo que representa una mejora y un mayor nivel de controles”, dice Sebastián Stranieri, CEO de VU Security.
“Desde verificar si el documento es real y su originario quién dice ser, hasta la completa trazabilidad, permiten que emisor, receptor, procesador y agente de recaudación tengan visibilidad. Y simplifica una denuncia ante su pérdida”, completa.
Alejandro Muszak, CEO y fundador de Wenance, afirma: “La digitalización del sistema impacta de manera favorable en el negocio porque otorga agilidad, rapidez en los procesos y permite optimizar costos”.
“Indudablemente, contribuyen a la inclusión. Además, las empresas mejoran sus estándares y logran mayor acceso a opciones financieras que dan lugar a modelos de negocios más productivos y rentables”, concluye el CEO del Mercado Argentino de Valores.